El economista Nouriel Roubini, conocido por predecir la crisis financiera de 2008, ha advertido sobre una nueva recesión "larga y fea" que podría extenderse o profundizar durante todo 2023. Según Roubini, esta recesión podría llevar a una corrección del 40% en el S&P 500. Algunas señales actuales, como la quiebra de Silicon Valley Bank, el desplome de las acciones de Credit Suisse y los rumores de iliquidez en los sistemas financieros del mundo, parecen indicar que su predicción podría estar en camino de materializarse.
Roubini señala que aquellos que esperan una recesión superficial en los EE. UU. deben analizar las grandes proporciones de deuda de las corporaciones y los gobiernos. Con el aumento de las tasas de interés y los costos de servicio de la deuda, muchas instituciones y países "zombis" podrían sucumbir. Además, Roubini cree que alcanzar una inflación del 2% sin un aterrizaje forzoso será una "misión imposible" para la Reserva Federal.
El economista también advierte sobre la persistencia de la inflación, especialmente en salarios y el sector servicios, y la posibilidad de que la Reserva Federal no tenga más opción que aumentar las tasas de interés aún más. Los shocks negativos en la oferta debido a la pandemia, el conflicto entre Rusia y Ucrania, y la política de tolerancia cero de China hacia el Covid-19, seguirán aumentando los costos y estancando el crecimiento económico. Esto dificultará el objetivo actual de la Reserva Federal de lograr una "recesión del crecimiento".
En este contexto, Roubini no espera que los remedios de estímulo fiscal sean efectivos, ya que los gobiernos con demasiada deuda están "agotando sus balas fiscales". La alta inflación también implicaría que si se aplica un estímulo fiscal, se sobrecalentaría la demanda agregada. Como resultado, el economista ve una situación de estanflación similar a la de la década de 1970 y una angustia masiva de la deuda como en la crisis financiera global.
La predicción de una recesión severa, larga y fea tanto en los Estados Unidos como a nivel mundial durante todo el 2023 es preocupante. Sin embargo, es fundamental considerar las advertencias de Roubini y prepararse para lo que pueda venir. Esto implica que las empresas, los gobiernos y las personas deben tomar precauciones y adoptar estrategias para enfrentar posibles shocks económicos y financieros.
Es necesario recordar que, durante la crisis de 2008, los hogares y los bancos sufrieron las peores consecuencias. Esta vez, Roubini señala que las corporaciones y los bancos en la sombra, como los fondos de cobertura, capital privado y fondos de crédito, podrían desplomarse. Por lo tanto, es fundamental estar preparados y actuar de manera responsable para enfrentar estos desafíos y proteger nuestras economías y sociedades.
Ante este panorama, el consejo de Roubini para los inversores es ser cautelosos con las acciones y mantener más efectivo. Aunque el efectivo se ve erosionado por la inflación, su valor nominal se mantiene en cero, "mientras que las acciones y otros activos pueden caer entre un 10% y un 30%". En renta fija, recomienda mantenerse alejado de los bonos de larga duración y agregar protección contra la inflación mediante la adquisición de bonos del Tesoro a corto plazo o bonos indexados a la inflación como los TIPS.
Más allá de las implicaciones inmediatas para los inversores, las predicciones de Roubini refuerzan la necesidad de abordar problemas sistémicos y estructurales en nuestras economías y sociedades. Por ejemplo, es fundamental trabajar en políticas que reduzcan la desigualdad y promuevan la justicia social, así como invertir en investigación y desarrollo para encontrar soluciones sostenibles y enfoques prácticos a los desafíos más apremiantes de nuestro tiempo.
También es esencial fomentar la cooperación internacional y la colaboración en lugar de la desglobalización y el proteccionismo. Solo unidos y trabajando juntos podremos enfrentar los retos económicos, sociales y ambientales que se avecinan.
Aunque las predicciones de Roubini son preocupantes, también son un recordatorio de la importancia de estar preparados y de abordar de manera proactiva los desafíos que enfrentamos. Al adoptar estrategias de inversión y políticas prudentes, alinear nuestras economías con principios sostenibles y promover la cooperación internacional, podemos esperar enfrentar mejor los desafíos futuros y, en última instancia, construir un futuro más próspero y equitativo para todos.
El ecosistema "crypto", ¿refugio o trampa?
En caso de una situación financiera complicada, ¿qué recomendaciones se podrían dar para proteger el dinero de los ahorradores? Una opción interesante es el ecosistema cripto, en particular, las stablecoins. Estas criptomonedas están vinculadas a monedas fiduciarias o a activos estables en una proporción 1:1, lo que las hace menos volátiles que otras criptomonedas como Bitcoin o Ethereum. Ejemplos de stablecoins incluyen Tether (USDT), que está vinculado al dólar estadounidense, y DAI, que mantiene su valor estable utilizando contratos inteligentes y colaterales en la plataforma Ethereum.
Además de las stablecoins, Bitcoin también puede ser considerado un valioso activo de refugio ante una profunda crisis bancaria y tasas de interés altas que frenen la inversión. A pesar de su volatilidad, Bitcoin ha demostrado ser una inversión sólida a largo plazo y ha sido comparado con el oro como una reserva de valor. Durante períodos de incertidumbre económica, los inversores pueden buscar refugio en activos no correlacionados con los mercados tradicionales, y Bitcoin es un ejemplo de ello.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que invertir en criptomonedas también conlleva riesgos y no se debe considerar una solución única para todos. Los ahorradores e inversores deben diversificar sus carteras y no depender únicamente de un único tipo de activo para protegerse de las crisis financieras.
En resumen, las señales de la crisis predicha por Roubini parecen estar manifestándose en eventos actuales como la quiebra de Silicon Valley Bank y el desplome de las acciones de Credit Suisse. En este escenario, los ahorradores e inversores podrían considerar opciones en el ecosistema cripto, como las stablecoins y Bitcoin, como parte de una estrategia de diversificación para proteger sus fondos. No obstante, es fundamental evaluar cuidadosamente los riesgos asociados y no depender exclusivamente de las criptomonedas como salvaguardia financiera.
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